jueves, 27 de octubre de 2016

Retos y desafíos que debemos asumir como sociedad para construir la paz.


Retos y desafíos que debemos asumir como sociedad para construir la paz.

Uno de los mayores desafíos que afrontamos actualmente como país es la negociación entre el gobierno y las FARC, de cara a los resultados del plebiscito del pasado 2 de octubre. Este nuevo escenario nos obliga a afrontar responsabilidades como sociedad  y nos revela la necesidad de tomar acciones precisas para la construcción de paz desde nuestros entornos familiares, sociales y nuestro territorio. 

Nos encontramos en una situación donde debemos preguntarnos  qué acciones debemos tomar como sociedad, cómo podremos convivir juntos, cómo creamos mecanismos para resolver nuestras diferencias y conflictos que no incluyan acciones violentas y cómo construimos contextos de relación donde nos reconozcamos como sujetos.

Más allá de certezas, podemos construir reflexiones y preguntas para continuar fortaleciendo diversas formas de resistencias y acciones orientadas hacia la paz que nos permitan crear nuevas formas de sociabilidad y de convivencia.

A continuación, compartimos algunas reflexiones construidas por la Corporación Vínculos desde la perspectiva psicosocial y de cultura de paz, respecto al país que queremos construir.

Caminos para reconocer el impacto de la guerra en la sociedad.

Como sociedad es importante partir del hecho de que vivir en un contexto de guerra nos ha afectado, por ello la necesidad de vencer la indiferencia y el silencio social sobre los actos de violencia ocurridos en diferentes espacios de nuestro país; el silencio nos ha llevado a naturalizar, legitimar y reproducir todas las expresiones de violencia que ocurren a diario tanto en el marco del conflicto armado interno, como en los actos cotidianos en donde nos relacionamos con los demás.

La polarización social en general ha sido otra marca que la guerra ha dejado en nosotros. En este caso debe primar la construcción colectiva a pesar de las diferencias que puedan existir. Sin duda alguna la reparación integral a las víctimas del conflicto armado garantiza un escenario para toda la sociedad en donde se logre vencer los sentimientos de odio y venganza.

De esta forma es necesario partir del reconocimiento de cada persona y la importancia de las relaciones dentro de la sociedad en donde el diálogo debe convertirse en una herramienta indispensable en la resolución de conflictos y en la construcción social.

Caminos para reconocer los daños y el sufrimiento de las víctimas.

El reconocimiento y reparación integral a las víctimas deben convertirse en el eje central del camino hacia la construcción de una cultura de paz, para lograr este desafío se deben reconocer los daños y el sufrimiento de las víctimas públicamente con el propósito de generar memoria y crear mecanismos de prevención que garanticen la no repetición.

Además, como sociedad debemos avanzar hacia  el compromiso de despojarnos de la estigmatización y la construcción de prejuicios hacia la población víctima de la violencia del conflicto armado. Es fundamental reflexionar sobre nuestra contribución social a la reparación de las víctimas, teniendo en cuenta que este asunto no le compete exclusivamente al Estado, sino que es responsabilidad de todos y todas, como sociedad.

Caminos para volver a encontrarnos

El hecho de vivir y crecer en un contexto de violencia ha contribuido a que se perpetúen escenarios emocionales desesperanzadores en la sociedad frente a las  posibilidades de cambio. Esta  idea tal vez se ratificó en la mente de muchos con los resultados del plebiscito del pasado 2 de octubre, Sin embargo, para otro grupo de la población el resultado se convirtió en una razón más para luchar por ese cambio, para hacer escuchar su voz, para alcanzar una nueva oportunidad. Estos resultados se convirtieron en la motivación para seguir exigiendo la paz y los acuerdos con los diferentes grupos armados.



Para recuperar la esperanza en el futuro se hace necesario brindar a niños, niñas, adolescentes y jóvenes la posibilidad de crecer en un contexto diferente al de la guerra, en donde la educación sea un aspecto determinante para la construcción de paz. Esta necesidad de paz se ha visto manifestada en las diferentes marchas pacíficas realizadas por grupos juveniles, niños y niñas, organizaciones sociales, y grupos universitarios donde mediante consignas y mensajes expresan su esperanza con un país mejor para ellos y generaciones futuras, así como manifiestan un compromiso de su parte y exigen al resto de la sociedad y al Estado la misma determinación para poder construir un proyecto de nación en paz.

La construcción de un proyecto como nación corresponde al compromiso de cada uno y cada una con soñar y trabajar por un país distinto, la firma de un acuerdo es necesario e importante para construir la paz, pero es necesario empezar a actuar desde cada uno de nuestros espacios. Es ahora a reflexionar en cómo desde la posición en la que ocupamos en la sociedad- podemos empezar a construir, actuar y trabajar por la paz.

Con base en este marco reflexivo para la construcción de la paz en el país también es importante considerar los daños e impactos psicosociales a nivel personal, familiar y comunitario que ha dejado la guerra como dolor, tristeza, miedo, rabia, ansiedad, pánico, desesperanza, indignación, impotencia, culpa, inseguridad, desconfianza, incertidumbre, angustia, temor, silencio, aislamiento.

Adicionalmente se presentan aspectos que dejan huellas como la desestructuración familiar mediante la transformación abrupta de roles familiares, acompañado de cambios en los referentes sociales por variación en el comportamiento con la comunidad, la desaparición o transición de las creencias, costumbres o hábitos, lo cual puede causar una ruptura en el tejido social,  así como la perdida de referentes y figuras identificadoras.

Por otro lado existen otros impactos causados por la guerra como la pérdida del territorio y de los bienes materiales, el desarraigo de organizaciones campesinas, indígenas y afrodescendientes quebrantando procesos organizativos y de liderazgo lo que puede conllevar al aislamiento social acompañado de una sensación de vacío y desprotección.


La Corporación Vínculos invita a toda la sociedad a realizar acciones para la construcción de paz desde nuestros entornos más cercanos, a sembrar esperanza con el futuro y a trabajar desde nuestros territorios para disminuir las acciones violentas que afectan a nuestros niños, niñas, jóvenes y a la población en general. 


Comunicaciones 2016

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